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Junto con el sodio, el potasio, el cloruro y el sulfato, el calcio (Ca2 +) y el magnesio (Mg2 +) son dos componentes clave del agua de mar natural. El magnesio y, sobre todo, el calcio son factores de crecimiento importantes para los organismos que forman esqueletos calcáreos, como el coral duro y las algas coralinas; ambos elementos forman la sustancia básica del esqueleto calcáreo. Además, el magnesio y el calcio están involucrados en numerosos procesos bioquímicos. En aplicaciones de agua salada, la reducción en la concentración de magnesio o calcio causada en parte por el metabolismo celular y en parte por la formación del esqueleto significa que es necesario probar los niveles de concentración regularmente y, si es necesario, agregar más de uno o ambos iones. Esto permite garantizar unas condiciones de vida óptimas y casi naturales para todos los organismos y evitar daños a largo plazo.